Puedes contar conmigo, compañera.
Puedes sentarte aquí conmigo
y contar cada segundo que pasa
aunque junto a ti no exista el tiempo.
Puedes acercarte y observar conmigo
todo ese puñado de estrellas
que se dibujan solitarias en el cielo,
y pararnos a contarlas una por una
incluso sabiendo que es imposible,
para que así sepas que contigo
merece la pena intentarlo todo.
No voy a exigirte ningún contrato
pero a cambio quiero pedirte
solamente una cosa, y es que,
independientemente de la distancia
que separe nuestros cuerpos,
quiero que siempre mires al horizonte
y que le sonrías con esa sonrisa tuya
que a mi por momentos me atonta,
para tener la certeza de que,
aunque tus labios no digan nada,
yo sepa que tú eres consciente
de que puedes contar conmigo.
Y si alguna vez notas que me
cubre el silencio y que te miro
como otros no pueden hacerlo,
no dejes que el rumor me irrumpa
ni tampoco tornes tus ojos en mi contra,
sabes que con el amor de esas miradas
confidentes,
quiero decirte que puedes contar conmigo.
E incluso con el llanto mudo de mi ser,
con el dolor que tanto me amarga,
con mis enfados, mi ira devanando mis ojos,
con todas mis palabras y lo que no te digo,
sabes que en todo momento
puedes contar conmigo, compañera.