Mis lágrimas vuelven a brotar,
es otra noche mas...
destrozado tengo el corazón.
Apoyado en la pared
descanso mi mejilla en la
mano.
Las cosas mezquinas de la tierra,
se han tornado luciérnagas.
Ninguna cosa viviente,
puede semejar esta trémula luz.
Abro la ventana y miro
cómo cielo y tierra intercambian su manto.
A la luz de la luna olvido que soy humano.
A la tercera hora duermo...
Entonces ella viene en el sueño,
compartimos risas,
nos damos la mano,
y riendo, felices
caminamos callados.
El viento sopla mientras rompe el alba,
las campanas suenan bajo los tejados,
me despierto asustado de mi
sueño inconcluso.
Entonces me doy cuenta
que estoy solo,
Inhalo el aire azul y blanquecino.
La ciudad es un esqueleto.
El último acto de la vida..
se ensayó en silencio, bajo un foco sombrío.
P.M Pedro Monroy Gemio