Tosca arena bajo pies;
miradas, palabras, halagos
y sin acaricias.
Gritos sordos:
¡unir las manos!,
¡tocar el cielo, juntos!
No tocas
el león que muere de sed.
Hieres las sienes del ágape,
omegas de un alfa inventada
a rebotes de ilusión.
¡Qué rey con corona de espinas!
¡Y que reina con ellas se lastima!
Tierra de reyes
de pródigas aventuras
en un cielo compartido,
y dándose la espalda.
(HÉCTOR PESANTEZ)