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Un aroma nada más, tan cercano
como olas en la arena de las playas.
Un aroma nada más, batido por las olas.
Una esencia impregnada en el ritmo de tu andar
tan derecho y delantero como océanos.
Solo el perfume disuelto en tu cintura
únicamente; tan solo eso…
Solidariamente... como senos, para hallar
caracolas tremolantes en la brisa
barcazas palpitantes en la insignia
y floreros con esencia en la marea.
Un aroma presto… diligente,
penetrante hasta el más intenso de los núcleos
aspirados con pasión de yo diletante
en busca del olvido y la entrega
del adarce en tus glúteos navegantes.
Y mirarte tendida entre las olas:
tu perfume más y más cercano… tan intenso
como estas olas malcriadas y su espumilla
dejada en mis pies anegados.
Contemplarte… aroma tú misma,
reflejada en el cristal de las aguas
perseguida por mis ojos incansables
aclamada por mis palmas impacientes
esperada por mis brazos delirantes.
Olas solidarias con mi hora,
olas de empujones hasta mi banca de arena.
Una ola adversa a tu corriente
para acercarte a mis deseos.
Y así… aroma flotando en las olas;
cercana… más cercana cada vez a mí,
hasta depositarte a mis pies y entre mis brazos…
Perfume… solo un perfume salino
rendido en ventanillas del consuelo.