A veces creo que tu huella me quiebra,
lamento tanto que tus heridas no se cuelen,
elevo a Dios una plegaria y doblo por la esquina,
junto a tu gente, tu silencio y el horror sin fronteras
ahogando mi alma, te quiero y no comprendo,
ni puedo robar el tiempo que te marca,
de vez en cuando, despierto y cae mi pena,
resbala por el borde de mi almohada,
olvido así, por un momento mi aura.
La dulce voz de tus canciones, el sonido del piano
abriendo mi corazón, tus creaciones impecables,
ganándole al tiempo, trepando a la vida mágica,
una y otra vez, como el ave fénix en tus dedos ...
No se por qué está enfermedad te gana!!!
Amigo no mueras, hermano del alma!!!