Aquí deposito mis mejores recuerdos,
en el baúl de tus ojos intactos,
secos y fríos por el olvido de un amor
que el tiempo supo apagar
y sin más lo mandó a matar.
Discutíamos entre besos en la cama,
con caricias y miradas enamoradas,
el mundo estaba en nuestro pies,
ya nada volverá otra vez.
En tus manos coloqué mis sueños
tú los cuidaste con esmero,
pero todo acaba como empezó.
Ahora somos extraños deseando olvidar,
con un montón de promesas a tirar,
nos amábamos de corazón,
ahora no nos decimos hola ni adiós.