amor de mi vida, tú que ya no estas.
Te difuminas entre la brisa,
entre vientos huracanados
de la tempestad.
Tú que entre halagos
y vinos tintos ya no eres perfecta
sino humana
hecha de la mejor seda.
Amor de mi vida, tú que ahora eres como el agua,
te abrazo y resbalas hasta dejarme a secas,
aun me quedan tus recuerdos, gotas,
y aunque no estas y sean pocas
beberé de ellas así sea para morirme
o sentirte cerca.