¿Qué tanto uno es uno,
y qué tanto uno es los otros?
Es verdad que no se puede evitar ser continuidad,
pensamiento, cultura y creencias de los que ya se fueron
y ser eco de su sueños, su visión y de sus pasos.
Pero no es bueno estar poseídos de esos muertos
ser víctima de ventriloquía de autores e ideólogos
y ver la vida por el cristal injertado en nuestra mente
rezando sus reglas, soñando sus cielos
temiendo su infierno.
Venga la vida, el saber y el método
para que uno conozca, tenga perspectiva y piense
como forma para alzar el vuelo,
surcar galaxias de átomos y planetas
explicar mi origen, mi sentido y mi destino
Amante del saber y el pensamiento
dependiente de su néctar para Ser,
pero libres de sus temporales certidumbres.
Ser autónomo, nutrido en los saberes y las ciencias
no una sombra repitiendo voces fallecidas.