La viejita escucha atentamente la buena noticia, le han otorgado la beca escolar a la niña por ser muy buena estudiante. Se dirìje a la casa a dar la noticia a la madre de la niña, y a la vez le comunica, que la niña debe acompañarla el día 1ero. de cada mes a realizar dicho cobro. En la noche la niña observa a la abuelita de su hermanito mover las manecillas del reloj de mesa, el cual exactamente marcacaban las 4 de la madrugada. Se queda dormida y la despierta el timbre ensordecedor de aquel gran reloj, es tan fuerte el sonido que vibra hasta caer al piso, la abuela le anuncia que debe levantarse, la niña aun no se supera del susto al despertar, al retirar su cobijita, siente mucho frio, se levanta se asea y viste con rapidez.
Al salir a la calle, tirita de frìo y la neblina no permite ver bien, caminan con rapidez, la niña a duras penas logra seguir el paso a la abuelita, que le dice a la niña, no te quedes àtras apura el paso. Así llegaron al gran edificio de la Beneficencia Pùblica, el cual iniciaba actividades a las 8 de la mañana, debieron sentarse al igual que todos a la orilla de la acera en la calle, el frìo helaba los huesos, tiritando de frìo, la abuela le dice que al cobrar la beca asignada, con la parte que le toca a ella, pida permiso a la madre y compre un abrigo. Al fin abrieron las puertas y la fila de gente en proseción avanzaba.
Para la niña eran horas interminables de no saber, que era peor, si el frío o el hambre que sentìa, de tantas largas horas de espera. Y así pasaron sus años de estudios primarios, celebrando cada año aprobado con la sonrisa de su madre, y sufriendo una vez por mes el frío inclemente con el estòmago vacío, en la espera del cobro de la beca. Mas de una vez la oficinista anunciaba, \"hoy no pagan, vengan mañana\".
Así llego el gran día esperado por la niña, culminando sus estudios primarios finalizaba la beca asignada.
Y la vida continua ...