John morales

Mefistófeles

Oh, qué pudiera ahora yo decirte...
Nada ya tengo, nada ya me queda.
Allá en mis años de avatar, la seda
de los Heraldos me robé, y herirte

 

no quiero. Nunca en mi triste ser
pasó Luzbel en angular mostacho
inmaculado, hundiendo su gran cacho
en mis extrañas como un alfiler.



Allá en mis años tenues y primeros;
la tragedia en mi testa fue divina,
y en ansias de una rosa sin espina

 

un Mefistófeles, lloró aguaceros.
Nada ya queda, sólo mi amargura
que escancia amor en una sepultura.



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David John Morales Arriola