No se como pasa el tiempo
atado a los recuerdos fríos del pasado,
como suelta un árbol las hojas en otoño
después de que de su frutos nada queda.
Esa indiferencia con la que caminas,
tan segura de lo que vas dejando atrás,
soltando hasta tu sombra para no llevar a cuestas
contrapesos ínesesarios, con hombros ligeros
me aventajas, adelantas frases rápidas
y me quedo sin habla, cortas a destajo
mi atribulación sin contemplar, sin piedad.
Añoro ese ser que eras antes,
que si llovía sobre humedecido
pisabas con cuidado y me llevabas de la mano,
fortaleza era siempre lo que me dabas
confianza me otorgabas.
ese ser que ahora la evita y pasa de lado
claros pinceles de un férrea determinación.
Abrupta indeferéncia a los mensajes,
a las llamadas, a mis ilusiones.
Te explico muchas veces de las estrellas,
todas son una misma, porque destellan?
con ese ritmo, en su idioma
tan particular, se conectan en
simbiosis con el brillo de la luna.
Que va creciendo en el anochecer
y desaparece al amanecer,
sin razón, sin motivo
crece tu fulgor de hielo.