Con un dolor que invade el campo santo
caminan los sueños aterrados,
vienen a paso lento
los anhelos desgranados,
cada uno por diferente surco.
Aquel que amó tanto… ¡ha muerto!
y hay que darle sepultura.
Con pasos sigilosos
van en caravana
vestidas de luto las amarguras,
las lágrimas van en procesión
como viejas plañideras,
formando eslabones
van las penas en cadena.
La felicidad no asistió al entierro
dejaron de ser amigos
por eso el AMOR fallece…
Murió de un hondo quebranto
que le dejó la desilusión,
esa tal esperanza
por otro lo dejó
y toditos los sueños
le jugaron traición.
sólo lo acompañan
Tristeza y melancolía,
una que se llama nostalgia
y un corazón en agonía.
Ya lo llevan a enterrar,
no se escucha ningún sollozo,
sólo lágrimas negras
de las que van en procesión
van mojando a su paso
la tierra del cementerio.
Tampoco le cantan canción
para despedir al difunto,
tampoco llevan coronas
de astromélias, rosas
claveles y anturios.
El alma hace presencia
pero desde la eternidad,
el amor quedó en la fosa
sin dolor ni tormento…
Sólo se quedó soledad
en compañía del féretro.
Felina