A: GI
Ahora sí que da lo mismo.
Amanece, amor, hemos saltado
por encima de la hoguera de San Juan,
nos hemos lavado la cara con el agua besada por la luna,
y tenemos
ante nosotros toda una palabra por vivir.
Amor mío, somos hijos de la aspereza, pero no tenemos
ningún ácaro triste en el centro del corazón.