Lo que quiero
Que nadie me quiera y que nadie me conozca, que nadie se preocupe de mi triste destino quiero ser eterno e incansable peregrino que camina sin rumbo porque nadie lo espera.
Que nadie sepa mi vida ni yo la ajena, que ignore todo el mundo si soy triste o dichoso quiero ser una gota en un mar tempestuoso o en un inmenso desierto un granito de arena.
Caminar rumbo dentro sólo con mis dolores; nómada: sin amigos, sin amor, sin anhelos que mi hogar sea el camino, mi techo el cielo y mi lecho las hojas de algún árbol sin flor.
Morir una tarde cuando el sol triste alumbre descendiendo un camino o ascendiendo una cumbre y que mi cuerpo ya polvo lo disipen los vientos… para cuando ella sienta remordimiento no encuentre mi tumba ni me pueda rezar.
Recordando a: Héctor J. Díaz
PABEDIZ.