Lloré pero no era a mi quien lastimaba, lloré sin pensar, sin querer, porque si, porque podía, lo necesitaba, lo tenía en garganta, lo debía sacar, saliendo por los poros de mi alma, recordando mi vida, sin quedarse en ningún lapso de tiempo. Yo pasaba por mi alma sin saber lo que hacía, rápido, en ráfagas, mientras en el ahora yo lloré, mi alma recorría mi alma, siendo esa lágrima la que me avisaba que seguía viva ...