A Sara A., con amor y devoción
"Incluso cuando el pájaro camina se nota que tiene alas", Antoine Lemierre
El sol se extingue,
y sus rayos ya no te acarician;
tu piel empalidece,
y la esperanza se te marchita
en la punta de los dedos
como la prímula
cuando el frío invernal
congela las fuentes
en las plazas de los pueblos.
Tus lágrimas son ríos de acíbar
que corren por tus mejillas
y las corroen,
tiznándolas con el color de la ceniza.
Voy a devolverles su prístina lozanía;
para ello las limpiaré con mi saliva
hasta dejarlas arreboladas
como el primer día.
La oscuridad es tan sólo un trozo de tela que te cubre los ojos,
y yo sé cómo cortarla.
¿Ves estas tijeras con dos soles en sus asas?
Haré con ellas un agujero para que la luz penetre en el bosque umbroso
de tu tristeza,
donde aún crece el musgo entre las breñas,
junto al murmullo del arroyo,
que blanquea en sus aguas tus penas,
y los trinos de la alondra,
que a saltitos avanza sobre un montículo de arena.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.