Ojos pasajeros, viajantes, agua de río indetenible,
cabello de oro menospreciado, tienes quien te admire.
Rezo abrasante, calido al pronunciarte,
hierba larga acogedora, danza siempre incesante
Avidos ademanes, vuelas sin partir,
sueñas siempre sin dormir
Jacaranda floreada, ahora te veo desvelada
¿Pensaste en mí? Yo si en ti
Eres el obelisco lunar de permanencia indeterminada
laguna natural o el río voraz
Serás todo lo que hay,
lo bello, lo pulcro, lo eterno y lo que se va
El viento te lleva, te acoge en el velo del cirrus
ahí estás como pensante, el cielo comienzas a crear
lo moldeas a tu bella imágen
el firmamento te arrulla entre sueños
Ahora te vas más lejos aún
al tacto lunar, la agrietas con tu caminar
la dañas con tu mirar
apaciguas al sol con tu tacto celestial
Raro el cielo, raro el mar,
raro el pestañeo cerca de tu lunar
¿Quien te ha hecho sufrir?
Perfección en la suciedad
así te describo o
¿Acaso eres el ángel que ha llegado a calmar mi soledad?
Eres cada instante y ninguno,
cientos de años en un minuto,
el trinar del ave
y el ruido del relampago mientras sale
Cuerpo de agua incontable, también la grandeza de arriba inalcanzable,
algarabía insoportable, pero igual el sonido más agradable
Canto de las flores, los matices más soñados,
ruego de los fieles y las memorias no recordadas
El estanque grandeza oculta y en ti alumbra la luz del día nuevo,
reflejado por el costado de una agáta
la cual descansa en el cuerpo solitario
Fluye mi alma libre, acompañada por el pajaro agonizante
deseoso de salir por el diáfano cristal,
un espejo, un portal, un lugar cerca de tu lugar
Un sitio comodo donde precipitara
donde no hace falta dormir, cuando tienes a donde ir
donde el rocio reposa como en una hoja, donde el árbol crece feliz y verde
Ese sitio se encuentra en tu mirada, ahí me recuesto al efímero instante del morir