No existirán rimas, solamente serán prosas,
Las palabras ya no se convertirán en letras maravillosas,
No bailaremos baladas, se perdieron en las madrugadas,
No habrá melodías al viento, lo que hay es un silencio en la nada.
Se perdió el estar atento, olvidando nuestras noches desenfrenadas,
Nos confunde el lamento de una verdad pasada que nos ataca con resentimiento cuando busco en tí y ya no encuentro,
Un cuento en lo que se nuestra historia fue basada,
Enterrada en el cemento de los sueños imposibles bajo almohada.
El hada de lo efímero, helada bajo químicos desconsolada,
Sola y asustada, echándote de menos en la aurora de nuestra hora cada vez que el sol nos brindaba con su brillada,
Cada resplandor que nos juntaba, la pasión nos encontraba en un tú y yo que nos atormentaba...
Vuelven palabras que el viento transportaba,
Un año más en el que nuestras almas lloraban,
Un vez más que mis letras volaban,
No sabía a ciencia cierta si te llegaban...
Con ellas la respuesta, allí me esperaba, tan corta, tan apuesta...
Expuesta a un guiño que ignoraba,
Pero ahí estaba... tan fría, tan de nadie al quererla sentir tan mía,
Que en sus letras me acurrucaba por ser agradecida,
Los veintitodos te aguardaban,
Un canto en inglés con una melodía que desentonaba,
La suerte quiso que hoy nuevamente soñara que te abrazaba,
Tan viejamente como la mente recordaba...
Intensamente si tus cabellos acariciaba,
Un feliz cumpleaños de corazón te deseaba,
La maldita maldición de nuevo nos separaba...
Lo siento, fue mi error en todo momento,
Ahora es tarde, estás en lo cierto...
No sirve de nada este tormento con el cual te hablaba,
Algún día estaremos en lo verdadero, dos almas que se amaban.