A trinchero besos
en cada rincón
de tu hermoso cuerpo,
humedezco tu piel con caricias,
caricias suaves y ardientes
que el fuego
de la pasión enciende
y alientan al delirio
de amantes perdidos
en el afrodisíaco siempre cumplidor,
en ese sentimiento claro y puro
que eleva al esplendor
“Supremo”
y hace sublime
al más bello de los actos,
¡acto perfecto!
donde se arde en los labios,
se incinera la intimidad
Y se funde
en el sagrado orgasmo.
Sentimiento que apaga la oscuridad…
ilumina los días,
desconcierta a la rutina,
alimenta los deseos de la carne
y enaltece el espíritu,
sentimiento que habitan en mi
gracias...
ala generosidad de tu mirada,
que abrió la puerta a mi alma
y la cobijo con dulzura
a la incomparable mujer que eres,
a tu infinita entrega
que eleva brillo a los ojos,
gracias...
al universo
por encontrarnos bajo
el mismo cielo.