Sabio y viejo proverbio: “han de ser tus palabras
Mejores al silencio, o llámate al segundo”.
Me pregunto … ¿qué fuerza
me ha llevado sin tregua a intentar percibirte
a mirarte… a buscarte.. o solo a imaginarte?.
No lo sé, o tal vez aún mejor: no pretendo saberlo.
O quizás acaso, aunque quiera negarlo,
lo sepa demasiado.
La cuestión sin sentido , es si hay razón alguna
para seguir buscándo,
soñando con tus ojos, con tu boca…
o es que hay forma cierta acaso de evitarte…
¿Puede acaso la arena evadir insolarse?..
Tal vez, solo tal vez pienso,
sea capaz el silencio de dar paz a mi alma…
la misma que reclama sentir, beber tu agua…
la misma que cegada por tu luz no recuerda...
Jamás me había ocurrido…
Una dura batalla: razón y sentimiento…
Tal vez anhelo entonces una elipsis de amor,
que triunfe la primera… esa es simplemente
la razón del silencio… la causa de mi ausencia..
Aun así, me interpelo: ¿he de hablarte sobre él?,
¿podrá tu alma acaso comprender MI SILENCIO?
¿podrá entonces mi vida corromper tu recuerdo?