Asciendo por la escala del Universo, buscando nuevos soles que iluminen la noche de la discordia y del horror
Sigo los escalones marcados por el tiempo , una misma línea que condiciona mis pasos.
Atravieso el mar de la venganza y el firmamento de los perdones, salvando tormentas de duelos y hachazos de muertes tempranas
Y me encuentro con la armonía de las redondeces de células y sus núcleos , con la sinuosidad de sus orgánulos plasmáticos, con las hélices infinitas de moléculas proteicas complejas…
O con elipses cromáticas en las profundidades marinas , el círculo perfecto de un iris azul enmarcado en el óvalo de un ojo expectante , o la curvatura de un embrión incipiente .
Y cruzo por encorvados lomos de felinos , redondas cabezas de primates , cilíndricas serpientes en sinuoso movimiento, arqueados caparazones de galápagos , los anillos concéntricos de troncos inamovibles de árboles buscando el cielo
Y distingo a lo lejos el arco iris con sus vivos colores y el rio que ondea valle abajo
Oigo y huelo los colores curvos de la vida por doquier
Una sensación armónicamente placentera me invade, desde los hemisferios cerebrales a los tubulares dedos de los pies
¿Qué tendrá lo redondo que tanto me agrada?
Quizá sea porque las línea curvas pueden llegar a juntarse.
O quizá, porque la energía puede concentrase en un punto equidistante.
¿Por qué nos empeñamos en seguir una línea recta, cuando es curva la geometría de la vida?