DÉJAME IR
Dueño absoluto de mi Roma
al lugar de descanso y el silencio,
donde solo el recuerdo prevalezca
desde el amanecer, hasta que anochezca.
Déjame ir amada Roma
que hace tiempo quise hacerlo,
al saber que ya te habían conquistado
otro imponente rey, ya no será aceptado.
Déjame ir amada Roma
donde en el silencio,
solo vibre mi recuerdo
y volar como lo hace una paloma.
Déjame ir amada Roma
no puedo caer en el pecado,
déjame seguir en soledad
como haces tantos años he pasado.