El vicioso busca apoyo, y lo abandonan.
De familia, y de hijos… ni las sobras.
No lo miran, no le hablan, da asco.
Pobre rata escondida entre las sombras.
Camina sin dicha aquel don juan,
Su fiel amiga, la botella, lo acompaña.
Un trago, quema su ampollada garganta
Y grita con mira al cielo, en voz alta:
¡Sociedad, prejuicios, prejuicios son los que te empañan!
Lanza la botella contra la pared.
Se rompe el vidrio, también se rompe él.
Se esparce el líquido como sangre: lo baña.
Pero no ahoga las penas que lo dañan.
¡Sociedad, prejuicios, prejuicios son los que te empañan!
En el parque, niños juegan al balón.
Desde la banca, solitario, los mira otro.
Se decide, se acerca y les dice:
¡Hey, quisiera jugar con vosotros!
Unos ríen, otros fingen no escuchar.
Se aproxima el líder, con grandeza.
Todos callan, para dejarlo hablar,
Entonces grita:
“¿Escucharon?, ¡La pelota quiere rodar!”
Avergonzado, baja el niño la cabeza,
A su vez, estallan burlas con rudeza.
…corre, corre, sólo quiere llorar
Mientras piensa:
“Así que, si no adelgazo… no me aceptarán?”
¡Sociedad, sociedad, no pongáis la perfección como deidad!
Prejuicios, y delgadez como belleza:
Defectos de la sociedad, que nos condenan.
El borracho y el niño,
Conocen un poco la verdad;
Mas a uno lo tachan
Y al otro lo educan…
¿Asi es que se espera el avance social?