Estoy tres metros, arriba de estos cielos,
allá en lo alto, donde nadie puede verme.
Estoy aquí mirando tus tiernos ojos,
estas bella, eres la reina de este día solemne.
Llevas un vestido hermoso,
sus telas extensas y finas,
acarician las flores de este campo frondoso,
caminas hacía esas colinas.
Sonríes, ves que bellos esos labios,
tu rostro se ilumina,
el campo se perfuma con tus pasos,
paso a paso vas llegando a la colina.
Eres la niña más hermosa,
la princesa en el castillo, en la torre,
te veo acercar con una sonrisa,
a ese paso que más rápido corre.
Te abrazo, te alzo, admiro tu belleza,
te adoro, te amo tanto hasta las estrellas,
te beso en el rostro, en la cabeza,
siempre estaré contigo aunque no me veas.
Ya debo partir, debo seguir,
solo quería que sepas que estoy bien,
en tu corazón siempre voy a vivir,
siempre tomaré de tus manos aunque veas que no estén.
Hija mía, nunca olvides mi rostro,
pero no dejes que la tristeza sea fuerte,
no dejes que las lágrimas de tu pasado
borren la sonrisa de tu presente.