boris gold

RECORRIENDO SOMBRAS

Le fui entregando de a poco

Un montón de mis ternuras,

Los poemas más sentidos

Que algún duende me inspiró,

El titilar de tus noches

Parada de sentimientos,

Buenos Aires dulce amante

En mi mente…se quedó.

 

Escondida en el misterio

De tus calles con historias,

Voy recogiendo a Carriego

En los versos que escribió,

El susurro de la brisa

Que le cuenta a las nereidas,

Todo el drama de Estercita

La que se murió…de amor.

 

El tranvía anochecido

Con su chirriar de metales,

El pregón del canillita

Y un perfume de mujer,

No importaban los problemas

De las cosas cotidianas,

Si el centro iba a ser mío

En el viejo…Chantecler.

 

Las tertulias esperadas

En la Richmond de Suipacha,

El café cual ceremonia

Y las masas de rigor,

La mirada juguetona

De unos ojos turbadores,

El muchacho y su alegría

Un arco iris…de color.

 

Todo eso ya es historia

El progreso borra todo,

No están más mis veinte años

El presente lo espantó,

Un sin fin de fantasías

Tras mis pasos juveniles,

El final de esta novela

En un recuerdo…se embarcó.

 

Boris Gold

(simplemente…un poeta)