Nubes grises me perseguían por el sendero
que tomaba cada día como referencia
querían arrancarme del suelo
revolvían mi más pura conciencia.
El viento del Este me aconsejaba
que respirara y tenga paciencia
El sol en el horizonte me vigilaba
aguardaba mi mas profunda esencia.
Mis días por fin saben a color rosa
como el cielo de un atardecer
La vida toma su ritmo y se crea una revancha
una oportunidad que va a prevalecer,
mis tardes tranquilas posan
con una esperanza que aquel pimpollo va a florecer
cautivará a un enjambre de mariposas
que en mi interior revolotean al punto de enloquecer.
Tini