Mi mano se fue despacio a tu mano,
para pedirte bailar conmigo,
muy despacio te fuiste levantando
de tu asiento, con la mirada fija a
mis ojos sin decir nada, aceptando
el baile y aquella canción que susurraba a tu oído
era la canción en que juntos y abrasados
la aríamos nuestra, como un himno
a nuestro amor, a nuestra alegría.
Nuestros labios, sedientos de amor,
llenos de deseos, se fueron acercando
despacio, juntandocé, el uno al otro,
ensendiendó la llama, que no se apagaría jamás.
Los miedos se perdieron en la penumbra
de la noche, tu aliento era como un
volcán en erupción, que me quemaba,
llenandomé de calor y nuestros besos fueron
despertando la locura y sin darnos cuenta
desnudamos nuestro cuerpos , para luego
dormirnós y despertar abrasados, el uno con el otro.