El nogal que he plantado,
añoso, me sobrevivirá
y ese es mi anhelo.
Otros seres recogerán
sus nueces, cada otoño,
esparcidas por el suelo
Al nogal que he plantado
irán a dejar sus trinos
calandrias y jilgueros.
Sobre sus fuertes ramas
quizás construyan su nido
una pareja de horneros
Al nogal que he plantado
tal vez llegará un joven
a utilizar sus leños,
para encender, una noche
(veraniega y estrellada),
la fogata de sus sueños
El nogal que he plantado
llevará en su savia
la esperanza que tengo,
y ofrecerá de sus hojas
toda la fresca sombra,
aún después de mi tiempo