Las rejas de una simple ventana
son para una mente creativa
el curioso conjunto de espinas
de un pez que ya no nada.
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La pared de algún pueblo
de forma espectacular
se convirtió en el mar
para el arte callejero.
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Bendiga Dios como premio
a quienes con su bonito arte
adornan por todas partes
con ese artístico ingenio.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela