Lupercio de Providencia

Noche serena...

 

Noche serena que aún la recuerdo
sentados juntos estaba la calma,
así la nave avanzaba ligera
sobre las olas cruzaba la mar.

 

La tierra firme a lo lejos dormía
bajo la luz de la luna tan clara,

allí las brisas llegaban muy suaves
a la ribera tallando los bordes.

 

Mientras que danzan cruzando los cielos

dulces acordes las aves señalan,

los misteriosos sonidos del alma

eran más fuertes en el corazón.


A cada instante pasaban las horas
y  sin embargo, yo no me atreví,
a declararle el amor que sentía
y la esperanza se fue diluyendo.

Lo vi en sus ojos de azul esmeralda

ya nunca más he sabido de Stella,

ni las gaviotas la han visto pasar.

 

Lupercio de Providencia