Qué especial falsa sensación de tener lo que no tengo
derrocharlo y perderlo, total nunca fue mío.
Ahí gasté lo que no pude y pude gastarlo sin penas.
Apenas lo gasté me inventé más y seguí gastando,
De mis costillas falsas, de mis falsos bolsillos
se alimentaron y bebieron falsos amigos,
Con mis falsos sentimientos enamoré a falsas mujeres
que se inventaban falsas e interesadas ilusiones
en torno a mis falsos fajos de dinero.
Pude besar un centenar de falsos labios.
Con mis falsas caricias palpé falsos pechos y traseros
y aquellas recibían con falsa excitación mis manoseos
Me miraban con falso deseo invitando a un falso idilio
donde reinaban los falsos gemidos que terminaban
en falso éxtasis, falso frenesí, en falsos orgasmos.
Toda esa falsedad creaba una falsa sensación de bienestar.
Cuando despertabas a lo verdadero,
sólo tus parpados cansados, las comisuras marcadas de tus labios,
los pliegues y marcas de las sonrisas pasadas
arrugas al fin y al cabo eran verdaderas …
… el tiempo que se derrochó no era falso .