Caminando por la vida, voy cantando y suspirando
Por mar y tierra, cruzando ríos, valles y prados,
Iba recorriendo el mundo, buscando a aquella,
Que debía ser mi complemento, mi mitad perfecta.
Cansado de un largo camino, héme aquí, de vuelta,
Y sin mucho entusiasmo, he abierto mi puerta.
Mas una hermosa sonrisa, y un ¿cómo te ha ido?
Han devuelto a mi alma la vida, y a mi corazón el latido.
Estabas siempre ahí, en la puerta de al lado,
Y nunca pude notar que siempre había sido
En extremo y condenádamente afortunado.
No me di cuenta que de mi amor, era vecino
Y que no era necesario el haber tanto viajado
Pues siempre estuviste ahí, al otro lado del pasillo...