Ángel Plaza Simón

Recordarás, recordaremos

Recordarás,
recordaremos,
esta tarde de invierno,
que nada más,
y nada menos,
capturamos lo eterno
en versos
de ráfagas certeras,
y versos
de sólidas certezas.

¿Para quién son?
Te preguntas.
¿Para quién son?
Te contesto:

¿De quién es el poema? Dime,
¿es que esperabas respuestas?
¿Puede ser de quien lo inspire?
Pregunto
¿De quién es este poema?

¿Es quizá de quien lo escribe?
Contesta
¿o acaso de quien lo lea?
Yo sólo sé las preguntas 
Y me cambian las respuestas.

¿De quién es el lirismo? Dime,
¿De quien lee, de quien escribe
o de las musas que lo inspiran?
Será tuyo y sólo tuyo,
El poema, este poema.
Disfrútalo, disfruta,
no le des más vueltas.

Es del aire y de los árboles
que nacieron para besarse.
Es del lobo y de la tierra 
que nacieron para abrazarse.
Es del río y los volcanes
que nacieron para evitarse.
Es del cielo y de la espera.
Es del cielo, cielo.
Es de espera, espera.

Es de ángeles en tus ojos
por los que suspiran las almas.
Es de la paz y del mundo.
Es de mi amor, para mi amada. 
Es de diez mil epopeyas
escritas hoy en tu mirada.
No sólo de la Odisea,
no, ni tampoco de la Iliada.
Hoy es tuyo y sólo tuyo,
El poema, este poema.
Disfrútalo, disfruta,
no le des más vueltas.