RobertoFerreira

Silvia

Córrete un poquito y déjame entrar

en tu lecho tibio,

hace horas que espero y el corazón

tiene frío.

Frío de ganas de sentir tu aliento 

y tu cuerpo indefenso 

a la espera incontinente 

de mi corazón abierto.

Mi alma ya está helada

de tantos inviernos

y no espera más nada

que tu lecho tibio y eterno.