Las mareas me empujan,
las resacas me arrastran,
las olas me revuelcan por la arena,
las medusas me laceran el alma.
De un tempo a esta parte
todo es fugaz como la misma vida,
la alegría muda en tristeza
y la ilusión se pierde
en las fronteras del recuerdo.
Los colores palidecen y hasta la luz
parece ser opaca.
La música me acaricia con sus notas
pero mi mente flota a la deriva,
sin rumbo ni destino
sin puerto y sin amarre.
El agua ya perdió su azul turquesa
o el verde esmeralda de otros tiempos,
ahora es agua sin más, gris, salpicada
de algas moribundas y despojos.
Ni el cine me interesa y hasta los libros
se me caen de las manos deshojados
y me siento flotar en medio de la ausente nada…
o divagar al pairo del hastío.
Desde que nos dejaste se cerró la puerta
y el portazo resuena en mis oídos
como un gong que me aturde y desorienta,
como un martillazo en los sentidos.
Te llevaste contigo la inocencia,
el niño que en mi, aún persisitÍa,
ahora soy cien siglos mas antiguo
y las canas arraigan en mi alma,
mi espalda se encorva
bajo el peso del llanto
y mañana es solamente
una palabra hueca.