El aroma de las mañanas, lo guardo en el olvido
y el incesante aire de verano que brasa
vivo en un pueblo lleno de prejuicios y desengaños
donde el vivo vive del tonto
una ciudad plagada de egoístas
abrumado por la soledad y el olvido
Allá, arriba los ángeles revolotean
haciendo filmes para las entidades celestiales
para cuando regresen a casa, de todas aquellas extrañas criaturas
quienes rezan plegarias exorbitantes con desden hacia el cielo
quienes entregan su espíritu y exhiben sus secretos llenando el vacío así mismos
desearía que descendieran,
en mi pequeño pueblo, de día o noche da lo mismo
y me suban a bordo, en sus hermosas nubes
enseñandome al mundo, tal como me gustaría verlo
se lo diría a todos mis amigos, pero no me creerían
pensarían que finalmente he perdido el juicio por completo
y me encierren en un lugar psiquiátrico
les mostraría las estrellas y el significado de la vida
lo sublime del amor desconocido, mas allá del entendimiento humano.