Vacilo en la sobriedad
de las palabras
que buscan su fin en tus oídos,
soslayado por las dudas
y el temor de no tener resonancia...
las ocultos
como a un puñado de braza
que arde en las manos,
intento disimular la sed
después de caminar largas horas
por el árido desierto,
indago en lo profundo del alma
e interrogo a los cielos
¿Dónde estabas?
si desde siempre
necesite
del manantial
de tus dulces besos,
del licor de tus ganas
que embriaga mis deseos,
de tu mirada
que da paz a mi ser
y tu existencia
que da vida a estas palabras.