Mi querido “Cabra”:
sé que resides en el síncope,
en el "soy yo", en la pueril idea
de intentar plasmar alguna que otra palabra coherente
pese a tu condesciende inhabilidad.
Mi estimado “Cabra”: por qué no citarte
si eres mi agradable pasatiempo,
eres ese "niño feroz" que le tira piedras
al orgullo de ser lo que no es ni será jamás.
Mi esclavo de ideas, ojo por ojo,
mi “Cabra” analfabeta, que recicla ideas de otros,
que vive en un circo de payasos
con barbas carcomidas por los piojos
y la irrevocable apariencia.
Mi “Cabra”, mi sudoku,
te escribo desde la imperturbabilidad
de un cigarro añejo y te digo:
Cuando crees que el viento te favorece
llega el torbellino y te reduce a confeti.