Maria L

Olvido

Me han quitado tu nombre

de las manos

y ha sido la muerte.

En vano te busco,

tus ojos no tienen destino

ni paradero tu voz.

Heme aquí,

con los dedos interrogantes.

Heme aquí

inclinada hacia el regazo

de la noche.

Más me salva ese

puñado de oscuridad

que la puntualidad

de la luz

recordándome

a sangre y a llaga

que me han quitado

tu nombre de las manos

y ha sido la muerte

y tal vez,

-un poco-

el olvido.