Esperaba junto al río Belcaire a Ofelia.
Noté que cuanto me rodeaba era diferente a como lo recordaba ayer.
Incluso el lugar de la cita, ahora estaba cubierto de agua , y no sabía si podría pasar Ofelia.
Todo había realmente cambiado.
!Pero que poco hemos cambiado!
( Recordando lo que hemos sido hasta llegar hasta aquí)
Al agua:
Tan mal lo hemos hecho hasta el momento.
a la tierra.
Todos, sin excepción alguna.
Al sol y al puente de San José con varios peatones detenidos observando el cambio y fotografiándolo.
Ahora hay temor de algo que no ha ocurrido y que nunca ha sido reflejado en el espejo de la existencia.
Miedo de arrastrarse sin recuerdos como muertos, flotando aislados entre las riveras de un porvenir nuevo que está por llegar, y no se recuerda, por qué:
sencillamente
\"No ha pasado\"
Pero quizás podamos permanecer todavía por aquí girando, como una veleta que marca una dirección quieta, dudando entre ser.
Ser lo que hemos sido,
o aventurarnos a no ser en lejanos mares y desiertos.
aflorar, aflorar, recuerdos míos de primavera en el Belcaire.
Es curioso.
No recuerdo la primavera en el Belcaire más que como una enorme cicatriz entre la piedra.
Pero silencio, silencio, buen compañero.
Si tu, recuerdos de este río
Llega tu Ofelia llorando para que la acompañes al juzgado.
Angelillo de Uixó.