El alma que vaga
por mi mente
jadea, pues tu
en realidad, ausente.
Quizás te mire,
quizás te bese.
Esperar a que mis
ganas por ti cesen,
pero solo son recuerdos inertes.
¿Dónde estás?
No te veo.
Solo te busco,
miro al suelo.
En mi epitafio
pondrá por penumbra.
En el tuyo pome por luz.
¿Quién será ahora la mía,
si antes eras tú?
Antes no sé,
pero mi corazón
ahora es un limbo.
La razón:
Lo bueno y el vacío.
Conté estrellas,
mire sueños,
escribí a Dios,
rogué al infierno,
pero nada,
no te encuentro.
A veces recordaba
que te quería.
A veces me imaginé
que me amabas.
Pero ahora ya nada,
tú te has marchado,
apenas te has despedido.
Solo puedo llorar
lágrimas de recuerdo,
teñidas en un cielo,
llamado: Firmamento.
Ahora podrás saber lo tanto que te amé.
Ahora podrás saber también
lo tanto que te odio.
Sí, te has ido.
Sí, te he perdido.
¿Suena lo mismo de tu parte?
Sí, me he marchado.
Sí, te he olvidado.
Quizás ya no valga
nada de lo que escriba.
Tampoco hace falta
que te des por aludida.
Total, la ignorancia
fue tu modo de vida.