Había una vez un colmenar cerca de un árbol de naranjas. Todas las abejas regresaron aquella noche, menos una abeja, la más vieja del colmenar. Y se perdió la abeja.
Moraleja: “El camino a veces es angosto, pero no seguro”.
2) El libro de color rosa
Había una vez una casa misteriosa en el fondo de la calle. Tan sola y solitaria, se quedó la madera crujiendo por vieja. En ella aparece un libro de color rosa, un libro mágico que hacía magia. Y lo toma Inocencio y se lo lleva para su casa. Al abrir el libro se sabe que es de magia, y le hace una magia en sus ojos, todo lo que vé lo vé de color rosa.
Moraleja: “Lo desconocido siempre es misterio”.
3) El conejo blanco
Había una vez un conejo blanco llamado Forú. Es en el occidente de China, yá llega el verano y el hace un hoyo en la tierra y se dice que tuvo familia. Un día, cerca de la avenida más concurrida del centro, él cruza la calle como todas las mañanas y un carro lo atropelló. Fue a parar como almuerzo del dueño de la casa donde hizo un hoyo.
Moraleja: “No todo tiene un final hermoso, pero, siempre estas cerca de quien más amas”.
4) La estrella fugaz
Había una vez un rincón secreto donde el perro se quedaba observando. Un día vió una estrella fugaz en el cielo estrellado. Y quiso ser el perro más fiel de Pedro. Y se quedó allí y murió fiel porque Pedro era la estrella fugaz.
Moraleja: “La fidelidad a veces por ser tan real hiere”.
5) Los zapatos azules
Había una vez una niña de zapatos azules. Los hacía bailar hasta el amanecer. Y quiso bailar hasta el otro día, y los zapatos quedaron despintados.
Moraleja: “No siempre el color queda intacto”.
6) El pintalabios
Había una vez una mujer que se pintaba los labios con el pintalabios. Un día, al salir de su casa se le olvidó pintarse los labios, y el pintalabios se quedó muy triste. Entonces, el pintalabios nunca más volvió a pintar más labios.
Moraleja: “Lo que dejas una vez no vuelve a ser igual”.
7) El mar azul
Había un joven enano que no entendía cómo era el mar azul porque vivía en el medio de la cordillera. Un día, con su tío, salió a ver el mar azul. Y quedó asombrado de ver el mar azul.
Moraleja: “Toda la naturaleza es hermosa sí tus ojos la pueden palpar”.
8) Los ojos al despertar
Había una joven ciega. Ella quería ver el mundo, el cielo y el mar y todo. Un día, los ojos al despertar brilló una luz y Dios hizo el milagro de poder dar vista a esa muchacha ciega y vió todo con tan sólo los ojos al despertar.
Moraleja: “Y, brilló una luz”.
9) La casa rosita
Había una vez una casa rosita. Ella tenía la magia de hacer cosas grandes e inmensas. E hizo una enorme planta para que el niño de la casa rosita jugara. Entonces, la casa rosita, también hizo una casita en el árbol de color rosita para que el niño jugara. Y eran cosas grandes, y lo hizo muy feliz. Cuando creció el niño, le quedó todo muy pequeño.
Moraleja: “Lo que te hace feliz es muy grande para tus ojos”.
10) Los ojos del imperio
Había una vez un niño llamado José. Él, tenía los ojos del imperio, veía cosas futuras y la gente lo perseguía para que adivinara su porvenir. Un día, le adivinó el futuro a un señor en la calle y le regaló una moneda de oro. Y se hizo rico, con esa moneda de oro, y se fue de visita a otro pueblo donde sus poderes y sus ojos del imperio en nada quedó.
Moraleja: “No todo lo que tienes perdura”.