De tu cuerpo extraño esos lunares, en especial ese que se posa a cuatro dedos de tu cuello, es el botón de inicio para el deseo, lo beso, lo beso despacio, lo beso rápido y siento como te eriza, como extraño ese lunar cerca de tu cuello, en tu espalda que me hace mover tu cabello a un lado, poner tu cabello de una manera tan sensual que de ese modo debería ser pecado, me pican los labios por besarlo, lunar travieso como te extraño, no me olvides pues yo te halle allí silente y oculto, soy tu dueño aunque lejos me encuentre, si yo soy tu dueño.