Diosa.
Aquella noche amor cuando veía
que dormitabas con deleite pleno
cauteloso me recosté en tu seno
y oí tu corazón como latía.
Te dije con amor lo que sentía,
así no me escucharas ya de lleno,
si me faltase tu amor, me enveneno,
no me olvides nunca adorada mía.
Despertaste como siempre, hecha rosa,
me miraste a los ojos muy segura
y te acercaste a mí, muy cautelosa.
Tu mirada cual mas muy primorosa
observé escudriñando mi figura,
y supe entonces que eras una diosa.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez.
Registro No. 10-616-129
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