Mis ojos no miran hacia fuera
Miran hacia muy adentro
Como si otra vida tuviera
Sin haber encontrado el centro
Con mis oídos escucho el silencio
La paz de los campos no me altera
Por la arenga solo siento desprecio
Y presumo de tener vacía la billetéra
Escucho la música del viento
Y también las risas infantiles
Cuando vuelven de la escuela
El aire es vida en movimiento
Los pájaros son correveidíles
Y a todos cuida la paciente abuela