Se entrelaza en esta sombra
la hojarasca del navío
la corriente de agua
verde se tropieza con las pieles,
llueve azufre en la noche
congelada, la luna
musitada se esgrime en el alba.
el gemido del extacis
embriaga la mano
del que escribe, poeta!,
saca ya tu sangre fresca y
escupela ante la luna.
En esta sombra extraida
de la noche, las estelares
empinan su nobleza,
cubriendo el árbol negro
de secuelas doradas,
me caen al hombro las
cicatrices de antaño y
se masacran solas
las piernas que camino.