Mecíase en el columpio de su recuerdos.
El viento de sus nostalgias la despeinaba,
mientras la triste, cruel soledad la animaba.
Jugaban en su memoria fantasmas lerdos.
Sentíase angustiada al borde de un abismo,
con ganas de saltar y así acabar con todo.
corríale dentro un río de oscuro lodo.
Desesperada se encerraba en su mutismo.
Pensaba que nadie podría comprenderla.
Todo lo que tenía le fue arrebatado.
La vida era un cruel castigo, mejor perderla
Se apeó y se dirigió hacia la mar bravía.
Adentróse sin temor o reserva alguna.
La playa de su niñez fue su tumba fría.