Observo su rostro,
se puede percibir el paso prematuro del tiempo,
líneas que lo marcan
unas finas otras más profundas.
Cada una de ellas esconde en letras minúsculas una historia
alguna escrita a base de lagrimas
que han sido tatuadas con una pluma de sangre.
Se fuma un cigarrillo
como excusa dice por el frío,
otras por los nervios,
pero la verdad es que detrás de cada calada
lo que desea es sofocar sus penas,
ahogarlas con aquel humo
que solo consigue deteriorar su ya marcada piel.
A pesar de todo aquello, en su sonrisa maliciosa se esconde una bella mujer,
cálida,
de abrazos profundos.
Deseosa de amar.
Yo vi a esa mujer aunque no lo llegue a sospechar.