Mujer,
te propongo ante la fragilidad,
recordar la eternidad;
ante el tiempo que se escapa
vivir el detalle;
ante la dificultad,
ese jarrón que se rompe sin avisar,
tomar de la mano la confianza
y abrir los brazos a la esperanza.
Mujer,
te propongo que ante las serpientes
que te acechan en la oscuridad
envuelvas en seda tu mente
y dejes resbalar el pesimismo.
Abre el corazón;
allí,
está la luz interior,
las manos abiertas del Creador.
Mujer,
te propongo
que rompas tu frasco de perfume,
dejes escapar la fragancia,
ese olor suave y agradable
que se mezcla con nuestros cuerpos,
llenándonos de tu alegría
y tu amor.
Nuestras almas,
tienen un eterno presente
y somos en el instante.