La paciencia juega en mí una partida de damas chinas,
Donde vencen las ansias de querer harte mía,
Me repito todos los días que debo aceptar por tu partida,
Hacerme a la idea de que ya no eres mía,
Pero la paciencia en mí juega una nueva partida,
Me ilusiona tu presencia y me llena de lujuria,
Siento que explota un avión kamikaze en mi cerebro cada día,
Son explosiones de palabras que me atrapan la nostalgia,
Al extrañarte muero,
Cada vez pierdo más esta partida de damas chinas.